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CUANDO LOS DÍAS SE SUCEDEN
COMO EL CIELO Y LA TIERRA. COMO LA VIDA Y LA MUERTE. NOS VAMOS QUEDANDO Y SINTIENDO CANSADOS. AUNQUE LOS AÑOS QUE TENEMOS NO SON LOS DE NUESTRO CORAZÓN. NI LOS DE NUESTRA MENTE. NOS QUEDAMOS PORQUE DEJAMOS DE MOVILIZARNOS Y CAMBIAR.
ESPERAMOS QUE LAS BIENAVENTURANZAS DE LA VIDA NOS LLEGUEN DESDE EL CIELO. AL DECIR, COMO EL MANÁ...
Y BAJAMOS LOS BRAZOS CONVENCIDOS DE QUE YA LUCHAMOS LO SUFICIENTE Y QUE ES EL MOMENTO DE DESCANSAR.
SIN VER, QUE LOS QUE DUERMEN SON LOS MUERTOS.
PORQUE ELLOS SÍ, YA NO TIENEN NADA QUE HACER EN ESTE MUNDO.
Y MIENTRAS ESTEMOS AQUÍ, CON EL MÁS MÍNIMO ESBOZO DE AIRE EN NUESTRO INTERIOR, TENEMOS LA OBLIGACIÓN DE SEGUIR EN MOVIMIENTO;
BUSCANDO CAMINOS.
Nadie puede lograrlo por nosotros. Y somos nosotros los que aún podemos intentarlo. Aunque todo ahora este en contra. Y mañana sepamos que continuará igual.
Estamos en esta ruta. La trazamos y la seguimos. Por lo tanto, si la abandonamos ahora, si dejamos el rumbo libre para otros. Lo que trabajamos habrá sido en vano. Porque nadie mejor que uno para saber que tanto hicimos y que tanto dejamos. Aunque bien sabemos, que fue más lo que trabajamos que aquello no realizado. Porque pertenecemos a una estirpe noble. De sentido intacto y por ello nos merecemos continuar aquí. Sin embargo, todo esta por lograrse aún. Y eso es lo que nos desquicia. Recomenzar.
Volver a empezar.
Continuar en vía de trabajar y trabajar. Eso no nos da miedo.Porque es lo único que tiene significado para nosotros.
Aún sí el alambre de espino, no tiene mariposas hoy. Tal vez la semana entrante vuelvan a posarse. Y nosotros esperaremos a que así sea, porque nos maravilla ver su colorido vestuario de damas de un día.
>Todo lo demás, es un sin sentido...
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